Día 1 y 2. VUELO – WINDHOEK
Llegada a la capital de Namibia donde os dará la bienvenida vuestro guía y os trasladará al hotel, situado en pleno centro de Windhoek. Así podréis conocer la ciudad y también descansar del vuelo. Para comenzar vuestro viaje al día siguiente sin cansancio acumulado. Windhoek es una ciudad que invita al paseo, sus clásicos edificios germánicos conviven con rascacielos de acero y grandes avenidas que albergan restaurantes con una gastronomía exquisita. Alojamiento en hotel de 4 estrellas.
Día 3. WINDHOEK – DESIERTO DEL NAMIB – PARQUE NACIONAL NAMIB – NAUKLUFT
A primera hora de la mañana partimos hacia el Desierto del Namib, el desierto más antiguo y bello del planeta: un mar de dunas rojas que disfrutaremos a pie, en 4×4, en camión y en avioneta.
El Desierto del Namib surgió hace unos 65 millones de años de la arena del desierto del Kalahari, arrebatada por el río Orange, arrastrada hasta el mar y devuelta a tierra por efecto de la corriente de Benguela. El viento que sopla hacia tierra, así como la oxidación del hierro de la arena, hicieron el resto del trabajo, formando este espectáculo de la naturaleza: un manto de dunas rojas, naranjas, ocres… Durante milenios ese manto se fue desplazando hacia el interior para petrificarse cerca de Sossusvlei, donde el corazón de las dunas es roca sólida y solo la superficie que la recubre es arena en continuo movimiento.
Además, el Parque Nacional Namib-Naukluft contiene rarezas botánicas tales como el Kokerboom, conocido por los bosquimanos para utilizar su tronco hueco y poroso para transportar las flechas para la caza; o la curiosa Welwitschia, que puede vivir hasta 1.500 años y que está formada por dos hojas superficiales de hasta tres metros.
En nuestro primer día en el PN Namib-Naukluft visitaremos el Cañón de Sesriem, adentrándonos en su estrecha y fresquita garganta, en busca del agua que un día inundó el cañón y el valle de Sossusvlei. Nos alojaremos en un Hotel Lodge de 5 estrellas.
Día 4. PARQUE NACIONAL NAMIB – NAUKLUFT
Hoy dirigimos nuestros pasos de nuevo al interior del PN Namib-Naukluft, para seguir explorando las maravillas del desierto del Namib y el mar de arenas rojas de Sossusvlei. Muy temprano por la mañana nos adentraremos a lo más profundo del valle de Sossusvlei –primero en camión, luego en coche 4×4 y finalmente a pie– hasta la célebre laguna seca de Deadvlei. Este desnudo oasis fue antaño un pequeño lago alimentado por un río que, con el tiempo, fue obstruido por la arena y se convirtió en una laguna seca, hoy rodeada de algunas de las dunas más altas del mundo.
Una caminata por Deadvlei nos permitirá apreciar y disfrutar, sin prisas, de su gran belleza singular y de las tonalidades –siempre cambiantes a medida que sube el sol– del color ámbar de la arena, del blanco cegador del “lago salado” y del rojo y naranja de las dunas que nos rodean. Deadvlei parece realmente sacado de un cuento, o de un cuadro de Van Gogh, con ese lago seco y blanco donde abundan los troncos ennegrecidos de un antiguo bosque quemado por el sol.
Quienes quieran, tendrán tiempo de subir la duna Big Daddy, la más alta de las dunas que rodean Deadvlei… y de quedarse sin aliento antes las imponentes vistas desde su cumbre (325 metros), para acabar descendiendo por su vertiginosa pared de arena.
Buscando la caída del sol, por la tarde nos dirigiremos a una de las dunas más emblemáticas de Sossusvlei, hipnótica por su forma sinuosa y más fácil de subir a pie que la Big Daddy: la famosa Duna 45. La arena se desliza por la cresta mientras caminamos hacia la cima y, una vez llegado a lo más alto, sentados sobre ella miramos a nuestro alrededor… ¡el espectáculo es grandioso! A nuestros pies tenemos el desierto rojo más viejo y bello del mundo. Las dunas se superponen como si estuvieran en un mar agitado constituyendo un verdadero espectáculo primitivo. Muchos viajeros nos dicen al regreso, ¿fue un sueño o realidad de verdad? Alojamiento en un Hotel Lodge de 5 estrellas.
Día 5. PARQUE NACIONAL NAMIB – NAUKLUFT – SWAKOPMUND
Amanece un nuevo día en el desierto del Namib, que disfrutaremos también desde la comodidad de nuestro lodge, en las arenas de Sesriem. No es raro abrir la puerta de nuestra habitación y que nos dé los buenos días un órix –los primeros exploradores lo confundieron con el legendario unicornio– o un springbok pastando tranquilamente.
Hoy realizamos la que sin duda es una de las actividades más exclusivas del desierto del Namib y de toda la ruta: el espectacular vuelo escénico en avioneta privada desde las dunas de Sossusvlei, sobrevolando la Duna 45, el Deadvlei y hasta la Costa de los Esqueletos, La magnitud del desierto se podrá disfrutar en nuestro vuelo, que hace a su vez de traslado, al más puro estilo de los safaris de lujo –ahorrándonos más de 6 horas de viaje en camión. Sobrevolaremos durante 1,5h algunos de los parajes más espectaculares de África.
Además, se podrán observar también los misteriosos “anillos de hadas”, unas enigmáticas formaciones que solo se pueden apreciar bien desde el cielo. ¡Para los amantes de la fotografía sin lugar a duda este es su vuelo!
Con ello lograréis tener la visión más completa del Desierto del Namib y la Costa de los Esqueletos, que custodia los restos de barcos embarrancados por culpa de las intensas nieblas, que son casi la única fuente de vida para muchos animales y plantas endémicas del desierto. A vista de pájaro África toma otra dimensión y creemos que esta joya de la naturaleza es totalmente necesaria disfrutarla desde el cielo.
Nuestro próximo destino, Swakopmund, es una pequeña ciudad fundada por el imperio alemán a finales del siglo XIX, situada justo cuando el desierto empieza o acaba, depende de cómo se mire.
Aparte de disfrutar de un paseo por sus tranquilas calles, o por su paseo marítimo, Swakopmund es también la “capital” de los deportes de aventura en Namibia: opcionalmente existe la posibilidad de explorar las dunas del desierto en quads, o incluso realizar skydiving (salto tándem en paracaídas) desde una avioneta, a 3.300m sobre la costa y las dunas del desierto. ¡Preparados para la aventura!
Alojamiento en un Hotel de 5 estrellas en la ciudad.
Día 6. SWAKOPMUND – CAPE CROSS – SPITZKOPPE
Las densas nieblas, las corrientes marinas y el fuerte oleaje que azota la costa, han contribuido a hacer de la Costa de los Esqueletos una de las más peligrosas para su navegación, a lo largo de los siglos y hasta hoy.
Poniendo rumbo al norte desde Swakopmund visitaremos el esqueleto del barco Zeila.
Siguiendo la costa hasta las puertas del PN Costa de los Esqueletos llegaremos a Cape Cross, el primer lugar de la actual Namibia donde desembarcó el navegante portugués Diogo Cão, en 1486. Actualmente es un lugar protegido donde se puede admirar la colonia de lobos marinos más grande de África, llegando a reunir más de 250.000 ejemplares. Lobos marinos, cormoranes y otras aves o incluso chacales de lomo negro son algunas de las especies animales que viven a lo largo de esta inhóspita y remota región.
Dejamos atrás la costa y, adentrándonos de nuevo al interior del desierto, subimos mil metros de desnivel hasta nuestro siguiente destino: el antiguo santuario bosquimano de Spitzkoppe, un conjunto de espectaculares kopjes, antiquísimas formaciones de roca granítica que se alzan 700 metros por encima del desierto que les rodea.
Mientras nuestro equipo se encarga de montar el campamento, visitaremos un conjunto de pinturas bosquimanas y tendremos la ocasión de pasear por la sabana hasta buscar un buen lugar entre las rocas para admirar en silencio la puesta de sol, seguramente una de las más bellas de África.
Acampada salvaje. Sin ducha. No hace falta saco de dormir.
Día 7. SPITZKOPPE – DAMARALAND
Después de una noche estrellada o a la luz de la Luna iluminando de forma mágica las montañas, partiremos de Spitzkoppe con el amanecer y dirigiremos nuestros pasos hacia la vasta región del Damaraland, salpicada de pueblos Damara y Herero. El paisaje es sobrecogedor: desnudas montañas de arenisca roja y marrón, amplios y áridos valles, grandísimas llanuras pedregosas intercaladas con zonas en las que crece la hierba “de elefante” … hasta llegar al sitio arqueológico de Twyfelfontein (Patrimonio de la Humanidad) y sus sublimes petroglifos. En este aislado valle se encuentra uno de los más completos e impresionantes conjuntos de grabados rupestretres del África meridional. Los pueblos que habitaron esta zona fueron sociedades de cazadores-recolectoras durante la última etapa de la edad de piedra y se les atribuye a ellos el haber realizado la mayor parte de pinturas y grabados que aquí se encuentran, hace aproximadamente 6 milenios.
Después de esta interesantísima visita tenemos el privilegio de alojarnos en el mejor alojamiento del Damaraland enclavado con un gusto exquisito sobre formaciones rocosas singulares y caprichosas que forman el paisaje del Damaraland, donde elefantes del desierto y el esquivo rinoceronte negro campan a sus anchas.
Día 8. DAMARALAND – OPUWO – KAOKOLAND– EPUPA FALLS
A primera hora de la mañana, partimos a través de un paisaje casi lunar en el que destacan matorrales y plantas únicas. Entre la zona montañosa y la extensa llanura a veces se pueden ver grupos de elefantes, springboks, kudús, jirafas… Otro contacto más con la vida salvaje en un paisaje que sin duda tiene el encanto de los grandes espacios.
En la pequeña ciudad de Opuwo tendremos los primeros contactos directos con hombres y, en especial, mujeres Himba y Herero, en una mezcla de tradición y modernidad antropológicamente muy interesante.
Poco a poco nos adentramos a la espléndida región de Kaokoland, una de las más recónditas e inaccesibles de todo Namibia –emplazada entre la parte más septentrional de la Costa de los Esqueletos y las llanuras de Etosha–, donde vive la Tribu Himba. Dirigiéndonos hacia el norte, empezamos a ver los primeros poblados Himba y algunos ejemplares del gigante árbol baobab y finalmente, después de un largo día de camión, nuestra merecida recompensa, Epupa Falls.
Delante de nuestros ojos, el majestuoso río Kunene y una apoteosis de colores: la explosión de verdes de la vegetación del río, el amarillo y el beige de la arena, el ocre y el gris de las rocas y el intenso azul del cielo. Y en medio de este espectáculo, nuestro lodge, en la mejor ubicación a orillas del río Kunene, a pocos metros de las cataratas.
Día 9. EPUPA FALLS – RÍO KUNENE
Después de unos días en pleno desierto, nada mejor que descansar con el murmullo de las aguas del río Kunene –el único con agua permanente en esta vasta región–, tomarnos una cerveza fría en la terraza de nuestro lodge junto al río o darnos un buen chapuzón en la piscina.
La actividad del día será nuestra visita a un poblado de la Tribu Himba. Pueblo noble y fiero que defiende su cultura y siente el orgullo de ser tribu, los Himba son pastores seminómadas arraigados en el pasado, Las mujeres se embadurnan todo el cuerpo con una mezcla de grasa y ocre rojo como signo de belleza y también para protegerse del sol; se peinan con elaborados tocados y se visten con cinturones, collares y brazaletes de cobre, a parte de sus faldas de piel de cabra. Sin duda, son auténticos expertos de la vida en tierras áridas.
Tendremos el privilegio de conocerlos y entender mejor el día a día en sus poblados, la importancia del ganado, del fuego sagrado y de sus múltiples rituales. Para agradecérselo, les traeremos regalos tales como harina de maíz, azúcar, sal y otros productos.
Un paseo a pie por la orilla del río o hasta lo alto de una pequeña colina cercana nos permitirán apreciar en todo su esplendor las Cataratas Epupa. Opcionalmente, también es posible realizar un tranquilo y divertido rafting por las aguas del río Kunene. Alojamiento en nuestro lodge
Día 10. EPUPA FALLS – RÍO KUNENE – KAOKOLAND – PARQUE NACIONAL DE ETOSHA
Hoy atravesamos de nuevo las remotas tierras del Kaokoland, habitadas por el pueblo himba, quienes de bien seguro nos habrán robado un trocito de corazón. Habernos adentrado a uno de esos escasos escenarios casi vírgenes que aún existen, y vivido de primera mano un contacto genuino con una cultura ancestral, es sin duda un privilegio que recordaremos toda la vida.
Una vez en Opuwo, seguimos nuestro road trip poniendo rumbo al este, poco a poco encaminándonos hacia otro de los corazones naturales de Namibia, nuestro siguiente destino: el paraíso de vida salvaje del Parque Nacional de Etosha. Disfrutaremos la primera noche en Etosha en nuestro exclusivo lodge, un alojamiento con mucho encanto, un excelente restaurante, varias piscinas y situado en un entorno maravilloso, en un afloramiento de rocas dolomíticas, y rodeado por un bosque de mopane.
Día 11 y 12. PARQUE NACIONAL DE ETOSHA
Hoy ofrecemos la experiencia más completa para descubrir a fondo el PN de Etosha, ya que nuestra selección de alojamientos nos permite dedicar estos dos próximos días de safari para explorar las tres áreas principales del parque: Okaukuejo, Halali y Namutoni.
Etosha significa “gran lugar blanco”, y recibe su nombre de la inmensa y antigua laguna de 5.000 km2 que se halla en su corazón, El Parque Nacional de Etosha, fundado en 1907 y con una extensión de más de 22.000 km2, se caracteriza por sus “waterholes” o charcas, que salpican todo el parque; siendo los únicos lugares con agua permanente –sobre todo en temporada seca– lo que hace que grupos de springboks, órix, jirafas y elefantes, se desplacen para beber siendo todo un espectáculo.
Algunas de las estrellas más elusivas de nuestros game-drives (safaris) por el parque serán los leones, los leopardos y los rinocerontes negros y blancos – Etosha es de los pocos lugares en África donde podemos admirar ambos tipos de rinocerontes. Dicho esto, detrás de la sabana arbustiva del parque hay muchos actores secundarios que entretienen al viajero entre aparición y aparición estelar, como los impalas de cara negra, el ñu azul, los elegantes elands, los avestruces, las avutardas kori –el ave voladora más pesado del mundo– o las preciosas carracas de pecho lila, entre muchas otras aves.
Estas dos noches podremos relajarnos y descansar en el más prestigioso alojamiento de Etosha: el Onguma Game Reserve, nuestra reserva privada, conocida por su gran concentración de fauna, especialmente su alta densidad de felinos y su población de rinocerontes blancos y negros.
Dispone de restaurante con vistas a una poza de agua iluminada de noche, ideal para observar fauna; una piscina para relajarnos después de una buena jornada; o un bar sobre una plataforma de madera donde disfrutar de la puesta de sol. Estos son solo algunos de los muchos atractivos de nuestro espectacular alojamiento.
Día 13. PARQUE NACIONAL DE ETOSHA – TSUMEB – LAGO OTIJKOTO
Hoy nos disponemos a continuar nuestra ruta hacia Tsumeb, una pequeña ciudad minera y nuestra puerta de entrada a las tierras del pueblo más antiguo de África, el pueblo bosquimano. Visitaremos el Lago Otjikoto, uno de los dos únicos lagos de agua dulce de Namibia, que en sus profundidades esconde armas alemanas de la Primera Guerra Mundial. Cerca del lago realizamos la primera de las dos visitas a una Comunidad San O Bosquimana; esta primera, de la Etnia Haiom, una de las múltiples etnias que conforman el pueblo san, originarios de las vastas llanuras de Etosha y desplazados en el momento de la creación del parque. Hoy en día viven en condiciones muy humildes, pero nos recibirán con sus generosas sonrisas y podremos conocer de cerca las trazas de esta cultura milenaria forzada a adaptarse a la Namibia moderna. Sin duda, una experiencia que se aleja de los circuitos habituales y en la que podremos aprender y colaborar.
Después de unos días de safaris y antes de adentrarnos en el remoto territorio de otra de las etnias bosquimanas, tendremos tiempo para descansar en nuestro hotel. Dispone de confortables y modernas habitaciones, de un bar al lado de su piscina, y está ubicado a poca distancia del centro de Tsumeb.
Día 14. LAGO OTIJKOTO – ÁREA DE CONSERVACIÓN DE NYAE NYAE – METEORITO HOBA
En la variedad está el gusto, por eso apostamos por ofrecer una segunda noche de acampada salvaje en una de las zonas más remotas de Namibia, el Área de Conservación de Nyae Nyae.
Ya de camino a los confines de Namibia visitaremos el Meteorito Hoba, el más grande y pesado jamás encontrado en la Tierra, hallado hace 100 años cerca de la pequeña ciudad de Grootfontein, y que pesa ni más ni menos que 66 toneladas.
Dejamos atrás el asfalto y nos adentramos en territorio Nyae Nyae, donde realizaremos una visita cultural a una Comunidad Bosquimana JU/’HOANSI y, a través de sus bailes, juegos y tradiciones, aprendemos de una de las culturas más ancestrales del planeta, un pueblo que tomaba y sigue tomando de la tierra solo lo imprescindible, con un profundo conocimiento y respeto del entorno natural, de la flora y la fauna.
Fuera de toda ruta turística y de los itinerarios tradicionales, montamos de nuevo nuestro campamento Fly Camp (acampada salvaje), esta vez en una zona de abundante vegetación en plena Área de Conservación Nyae Nyae, y siempre cerca de algún precioso y gran ejemplar del mítico árbol africano, el baobab. Acampada salvaje. Sin ducha. No hace falta saco de dormir.
Día 15. ÁREA DE CONSERVACIÓN DE NYAE NYAE – BOTSUANA– MAUN – DELTA DEL OKAVANGO
Por la mañana, con el crepúsculo sobre la sabana arbolada, saldremos hacia la frontera entre Namibia y Botswana. Una vez hechos los trámites de aduana e inmigración, ya en Botswana ponemos rumbo a Maun, nuestra puerta de entrada al Delta del Okavango, atravesando primero largas pistas de arena, los confines del Desierto del Kalahari.
Una vez en Maun, prepararemos todo hasta el último detalle para nuestra incursión al corazón del Delta del Okavango. Es el momento también de despedirnos de nuestro camión y de su tripulación: conductor-mecánico, chef y asistente, quienes nos han cuidado estas dos primeras semanas de la ruta.
Un safari de unas 4 horas en lancha rápida nos transportará hasta nuestro Maravilloso campamento en Chief Island, de uso exclusivo para nuestros grupos, en pleno corazón del delta, donde elefantes, jirafas, cebras, cocodrilos, hipopótamos, antílopes acuáticos, miles de aves… Acaparan toda nuestra atención.
Nuestro campamento, totalmente móvil y adaptado a las estrictas regulaciones que protegen y conservan este frágil ecosistema, nos permite situarnos en el corazón del Okavango, y con la comodidad de tiendas de 3 metros de lado, camastros con buenos colchones, sábanas, edredón, almohada, luz eléctrica y baño y ducha privados. Y todo frente a uno de los paisajes más deseados del planeta, que nos harán sentir afortunados. Nos alojaremos en nuestro campamento. Baños y duchas privados en cada tienda.
Día 16. DELTA DEL OKAVANGO
Hoy dedicaremos todo el día a explorar el Delta del Okavango, tanto a pie como en mokoro, un tipo de canoa tradicional típica de la zona.
El río Okavango se desborda y detiene en Botsuana, formando el delta interior más grande y bello del planeta; un sinfín de islas, canales y vegetación exuberante que acogen una diversidad de vida animal sin igual. Elefantes, jirafas, búfalos, leones, el esquivo leopardo… serán solo algunos de nuestros objetivos durante el safari a pie en la isla.
Al atardecer, un paseo en mokoro –de dos en dos y el remero– nos adentrará entre nenúfares y juncos por los canales del delta. Quizá los hipopótamos nos observarán con curiosidad, o escucharemos el chapoteo cercano de una manada de elefantes cruzando el canal: momentos mágicos que, con los reflejos rojizos del sol ya bajo tiñendo la superficie, nos harán amar este río y sus pantanos para siempre. Nos alojaremos en nuestro campamento. Baños y duchas privados en cada tienda.
Día 17. DELTA DEL OKAVANGO – KASANE – PARQUE NACIONAL CHOBE
Por la mañana disfrutaremos de un último safari en mokoro hasta llegar a la pista de donde saldremos en uno de los vuelos más increíbles del mundo.
Nuestro veulo escénico en avioneta sobrevolará todo el corazón del Delta del Okavango, para luego poner rumbo a Kasane, a la orilla del Río Chobe y contigua al Parque Nacional de Chobe.
Desde arriba, este paraíso de agua y tierra se presenta con toda su belleza primitiva.
Solo así se comprende por qué el Okavango es conocido como el “río perdido”, pues está rodeado por las arenas sedientas del Desierto del Kalahari. Comida tipo lunch-box. Aterrizamos en Kasane y realizamos el traslado privado hasta nuestro lodge a orillas del río Chobe, propio de las mejores rutas de lujo.
Por la tarde y hasta el atardecer, haremos un safari en barco por el río Chobe.
Además de un sinfín de elefantes –sin duda una de las mayores concentraciones del mundo–, hipopótamos, cocodrilos, búfalos… se puede ver mucha otra fauna, especialmente en los meses secos del invierno, cuando un sinfín de mamíferos se concentran a lo largo del río para beber agua. Cualquier escena a orillas del río Chobe –incluida su puesta de sol ardiente– será otro más de los recuerdos inolvidables del viaje.
Día 18. PARQUE NACIONAL CHOBE – ZIMBAUE – CATARATAS VICTORIA
Al amanecer, cuando la actividad de los felinos está en su máximo nivel, realizaremos un safari en coche 4×4 por una de las reservas de animales más famosas del mundo, el Parque Nacional de Chobe, hogar de grandes poblaciones de mamíferos y más de 450 especies de aves, como habremos comprobado el día anterior en el paseo en barca. Conocido por las grandes manadas de elefantes – su población ha estado aumentando constantemente durante el siglo XX y se estima actualmente en unos 120.000 – y una gran cantidad de depredadores, Chobe es el segundo parque nacional más grande de Botsuana, cubriendo 10.566 km². El elefante de Chobe es migratorio, realizando migraciones de hasta 200 km de los ríos Chobe y Linyanti, donde se concentran en la estación seca, hasta las depresiones del sureste del parque, donde se dispersan en la temporada de lluvias.
Regresamos al lodge para desayunar y trasladarnos hasta la frontera con Zimbabue, donde haremos los trámites de inmigración y aduana. Una vez en Zimbabue, en aproximadamente 1 hora llegaremos en nuestro transporte privado y a nuestro próximo y último destino, la Ruta del Okavango: Cataratas Victoria.
Tarde libre para realizar excursiones opcionales: más allá de la visita a las cataratas, en Victoria Falls se ofrecen un sinfín de actividades: crucero al atardecer por el río Zambeze, rafting por las aguas bravas del poderoso río, varios tipos de tirolinas y de saltos en cuerda (bungee jumping, swing…), baño en la “Piscina del Diablo”, paseo a caballo… ¡Hay para todos los gustos! Vuestro guía ya os habrá informado con anticipación de todas ellas, muchas de las cuales hay que reservar con margen de tiempo.
Inspirado en las grandes fortificaciones del antiguo Reino de Gran Zimbabue, el Hotel donde nos alojaremos nos recibirá con los brazos abiertos, y con todas las comodidades de un resort moderno. Emplazado en una de las mejores ubicaciones de Victoria Falls, es sin duda uno de los hoteles emblemáticos de la ciudad, un firme favorito entre los viajeros.
Día 19. CATARATAS VICTORIA
Día libre en las Cataratas Victoria.
Vuelo escénico en helicóptero incluido (tasas de parque de 15 USD/persona aprox, a pagar en destino), “El agua es la sangre de África” dijo Livingstone. Cuando comprobéis la vida que genera el Zambeze, el río que alimenta las Cataratas Victoria, entre Zambia y Zimbabue, os daréis cuenta de que no podía estar más en lo cierto. Las Cataratas Victoria son un salto de agua del río Zambeze que mide 1,7 km de ancho y 108 m de alto. Un espectáculo extraordinario, debido a que el abismo donde el agua cae puede contemplarse en toda su magnitud desde múltiples ángulos. A partir de agosto/septiembre, debido a los bajos niveles de agua, es posible nadar de manera segura al borde de las cataratas, en una piscina natural a la que se puede acceder a través de la Isla Livingstone -la llamada “Piscina del Diablo”- una atracción adicional a la ya increíble contemplación de las Cataratas Victoria.
Tampoco os podéis perder el rafting más famoso del mundo por el Río Zambeze, o más relajadamente, disfrutar de un crucero por el río al atardecer. Victoria Falls es también una ciudad interesante, y es posible realizar un paseo por el barrio de Chinotimba y conocer mejor el día a día de la gente local.
Día 20. CATARATAS VICTORIA – VUELO
A la hora indicada, traslado al aeropuerto para salir en el vuelo internacional con destino a casa.
Fin de nuestros servicios.